domingo, 29 de mayo de 2011

2011 ALBERGA LA CONTINUACIÓN DEL CAMBIO EN LA ENSEÑANZA DE LAS ARTES PARA LOS PEQUES

La sala se convierte ahora en un espacio que va mutando entre los deberes de segundo A y las actividades específicas del área.
A partir de éste año disfrutan curricularmente muchos más mientras que el turno vespertino se reduce específicamente al nivel preescolar. Llamo así a todo nivel inferior a 6 años en el que se insertan en primaria. El preescolar es un proceso muy especial y fundamental en la vida del ser humano y por esa razón hacemos especial énfasis en la etapa. Vemos en el correr del año sus avances. A veces creemos que en nada hemos colaborado y cuando abrimos las carpetas y comenzamos a visualizar procesos gráficos nos damos cuenta que el período ha sido fructífero e inimaginable.
Muchas veces nos sorprenden con sus comentarios sobre obras y artistas que trabajamos y pensamos que pasaron inadvertidos. Para ellos nada pasa sin dejar un rastro, por ello toda semilla que plantemos en estos estadios serán cosechados en el futuro.

La sala ha variado incansablemente en busca de nuevos espacios. A veces la noción de espacialidad adulta nada tiene que ver con la de nuestros peques. Nuestro habitáculo debe ser móvil ya que varía según a actividad. Eso lo hace más difícil aun.
Resulta increíble ver como preescolar y primaria coincide en el gusto por determinada noción de espacio y organización.

Las actividades no las desarrollamos siempre en el mismo lugar. Intentamos evitar el acostumbramiento incentivando el esfuerzo por relacionarse y crear a partir de la sorpresa.
A veces trabajamos en el mismo salón de clase, otras veces en el patio, otras en la sala....
¿Qué hemos trabajado?
Comenzamos con una investigación de materiales cotidianos útiles para dejar un rastro, para comunicar, para sentir. Nos observamos unos a otros; frente al espejo. Descubrimos y nos descubrimos. 
Encontramos artistas que dibujaban y pintaban sus familas y sus mamis. Comenzamos a reconocerlas, a comprender porqué entendíamos que estábamos a preciando una mamá. Buscamos más, muchas más...
Pintamos, escribimos, conocimos el misterio de los colore y del arcoiris.
Hicimos un libro diferente entre todos uniendo ambos turnos. 
Creemos en la expresividad pura del niño y de la niña que le permita ser libre, decir, que no le importa la estética ni lo que pueda pensar el otro. La pureza. ¿Por qué contaminarlos?
Fomentar el arte en la infancia no significa crear pintores o bailarines, sino dar estrategias que formen seres humanos con más capacidad para desenvolverse socialmente. “Es decir, observar el mundo de una manera diferente que le va a permitir proponer y generar ciertos recursos, para hacer evidente su sensibilidad. Tener la capacidad de abordar una serie de circunstancias que a veces nos deshumanizan”, dice Felipe Sepúlveda, artista y pedagogo de los centros educativos AeioTü, de la Fundación Carulla. También asegura que se incentivan el diálogo, la practicidad y el respeto por el entorno.Las artes plásticas fortalecen su trabajo manual y optimizan la coordinación visomotora y visomanual. Trabajar con los colores y las luces permite, además, potenciar la capacidad de atención del pequeño.
La creatividad


  • Construye la autoestima
  • Aumenta la conciencia de uno mismo
  • Desarrolla la comunicación
  • Favorece su socialización
  • Fomenta la integridad.  
Por ello es indispensable no decirle qué dibujar o pintar, no "arreglar" sus creaciones, permitirles equivocarse... No podemos cercenar su personalidad y sus posibilidades acotándoles el mundo a una concepción estética diferente, contaminada por el mundo adulto. El uso indiscriminado de imágenes para "rellenar" se convierte así en uno de los recursos más contraproducentes ya que elimina la posibilidad expresiva y dirige a la formación de una imagen que no pertenece al mundo propio del niño o la niña así como tampoco lo es al mundo del adulto que tantas veces siente la frustración al decir:"no sé dibujar". Simplemente no logra graficar lo mismo que le impusieron como representativo de aquél objeto y entonces ha coartado sus posibilidades ante el temor a la desaprobación. Esto trunca una parte de nuestro cerebro que impide el desarrollo de otros conceptos en la vida.